20 may 2007

Coche cama, por favor

La interminable llanura argentina desde el cama-bus.
Aquí se ven muchos más árboles de lo que es habitual
Una de las cosas que más sorprenden al foráneo (y a veces a los locales) en Argentina es lo grande que es. De verdad que en Google Earth no se aprecia la verdadera dimensión de este país. Es inmenso y uno puede tirarse una gran parte del tiempo viajando de aquí para allá, porque efectivamente Argentina es un país donde los lugares de interés están separados unos de otros por miles de kilómetros de una interminable nada con algunas apetitosas vacas pastando (en la foto se ve un trozo de pampa con muchos árboles), distancias estas que no queda más remedio que recorrer si uno quiere llegar a algún sitio. Otra de las características de Argentina es que no hay competencia en compañías aéreas. Si en España hay una docena de compañías entre las que elegir para recorrer los 600 miserables kilómetros que separan Madrid de Barcelona, en Argentina sólo está la inefable Aerolíneas Argentinas, y desde hace poco LAN Argentina. Southern Winds pasó a la historia por desgracia y de momento. Esta falta de competencia hace que los precios de los billetes regionales sean astronómicos incluso con el ventajoso cambio 1 euro = 4 pesos. Así las cosas, los argentinos, gente con recursos donde las haya inventaron algo para cuando uno tiene que recorrer distancias relativamente largas: El coche cama.

Mi coronilla, y el cama-bus
Yo voy a hablar de los coches cama de El Práctico, empresa con la que viajé entre Córdoba y Buenos Aires. El coche cama es un omnibús (un autobús, para entendernos), pero que tiene 3 asientos por fila en vez de cuatro. Es decir, dos asientos, pasillo, y un asiento. Así, los asientos son enormes, con una anchura enorme también y muy cómodos. Además, se reclinan completamente y tienen reposapiés. Así, cuando el asiento está en modo "sueño" ¡realmente es como una cama! Te montas a eso de las nueve de las noche, te acomodas, y al poco de iniciar el viaje te traen la cena. Primero un caldito de verdura y pollo, calentito. Luego unos entremeses de jamón cocido, algo de queso, y similares. Después el plato fuerte: Un bife guisado con salsa, puré de patatas y guisantes. O_O Y finalmente dulcecitos de postre. A continuación te ponen una película suficientemente mala como para que te duermas en seguida. Te tapas con una mantita, te colocas la almohada, y a dormir a pierna suelta.

Cuando te despiertas, ocho horas después, tras haber dormido toda la noche razonablemente bien (quizá no como en un hotel pero infinitamente mejor que en el asiento de un avión), estás unos 700 Km. más lejos de donde te dormiste, y a punto de llegar a tu destino. No has perdido un día entero viajando, y has dormido casi como en un hotel... ¡Y todo por menos de 100 pesos!
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